sábado, 30 de enero de 2010

EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA VILLA ROMANA DE TORALLA. IMÁGENES INÉDITAS COMENTADAS (XVI)

PEQUEÑOS HALLAZGOS, GRANDES INFORMACIONES
Al llevarse a cabo cualquier tipo de intervención arqueológica, suele ocurrir que al lado de hallazgos espectulares, se llevan acabo otros, que consisten en la aparición de pequeños objetos, que por el contexto en que se encuentran y ellos en si mismo, van a dar una información muy importante para el conocimiento mayor del yacimiento.
Como la villa romana de Toralla no es una excepción en es regla, hoy nos fijaremos en algunos de estas pequeñas piezas arqueológicas. Para ello, vamos a ir comentando las que ilustran estas líneas, siguiendo la numeración que aparece al lado de cada una de las mismas.
Con el numero 1 tenemos un interesante fragmento de un borde de una cerámica denominada "Terra sigillata africana", que posee una bella decoración aplicada que representa un león en movimiento. Este tipo de vasijas de lujo nos habla de las relaciones comerciales de las clases altas de la villa con ciudades del mediterráneo, ya sea de la zona del norte de África, como es en este caso, como con otras áreas geográficas bañadas por el mismo mar, pero situadas más hacia el oriente. La datación que podemos dar a estas piezas se sitúa entre los siglos III-V después de Jesucristo.
Con el número 2, tenemos una moneda romana perteneciente a los llamados "pequeños o medianos bronces" correspondientes a los siglos III-IV después de Jesucristo. Se ofrece el anverso, con la cabeza del empezador y el reverso, con una alegoría. Ambas poseen el exergo con inscripción latina. Hay que las numerosas numismas encontradas en este yacimiento, tanto en las últimas excavaciones realizadas apartir de 1992, como en las primeras, de las cuales, la familia Mirambell, posee una pequeña pero bien conservada colección, que se tuvo la fortuna de estudiar y publicar ya en 1982.
El número 3 nos presenta una pieza única y excepcional: un fragmento de una llave romana de bronce con combinación, que podríamos considerar que es la primera que se ha localizado en nuestra zona, teniendo el paralelo más inmediato en la antigua ciudad romana de Ourense, pero que es de otra tipología, muy bien estudiada por nuestro amigo y restaurador Carmelo Ibañez, actualmente en el Museo Provincial de Palencia.
Con el número 4, podemos apreciar un anzuelo de bronce de pesca, muy biren conservado. De manera global, podemos decir que todos los objetos de este metal encontrados, presentan un buen estado de conservación, pues están depositados en arena de playa, que es menos ácida que la tierra que poseemos en la zona, antes de la roca granítica base. Hay que recordar que anzuelos de bronce romanos fueron localizados en las excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en varias capañas del castro de la isla de Toralla. Como vemos se va a continuar con la misma actividad pesquera, pero el tipo de anzuelo es diferente. Los más antiguos son más abiertos y menos largos.
En el número 5 tenemos otra cerámica de lujo importada, decorada a base de pequeños círculos concéntricos y procedente también de la zona norte africana. Su cronología también es similar. La pieza nos viene dado por varios fragmentos de la vasija que se han podido restaurar y completar parte de su forma. Lo interesante de la misma, es que posee una grapa de plomo, que nos habla de una reparación en época romana, cuando se rompio y fue reconstruída de nuevo y así aprovechada para el uso que poseía. Esto nos indica, el gran costo económico de estas piezas de lujo, que cuando se rompian eran arregladas y no tiradas como sucede con otras de inferior calidad y producidas en tallere locales y por ellos menos caras y más asequibles. Esta práctica la pudimos documentar muy bien el las excavaciones arqueológicas del castro de Vigo, en donde se encontraros diferentes tipos de grapas de plomo para esta función, tanto suelta, como formando parte de la vasija reparada.
Y por último, en el número 6, tenemos una cuenta de azabache con decoración incisa, perteneciente a un collar o una pulsera, datable hacia los siglos IV-V después de Jesucristo. Es de sección plana-convexa y su decoración es a base de líneas rectas horizontales paralelas y oblícuas, formando un interesante diseño ornamentístico. Son muy escasas las piezas encontradas en este material, que luego en la edad media se utilizará mucho. Aquí, tenemos como paralelo más inmediato de hallazgo de un objeto de este material, el entalle de anillo con representación mitológica localizado en las primeras excavaciones en este yacimiento y que en la actualidad lo posee la familia Mirambell.
Hasta aquí, la presentación de varias piezas excepcionales que nos informan de diferentes aspectos de la vida en la villa romana: desde de su economía hasta sus adornos personales o la llave para entrar en la mansión o en una de las estancias de la misma.

miércoles, 27 de enero de 2010

EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA VILLA ROMANA DE TORALLA. IMÁGENES INÉDITAS COMENTADAS (XV)


LOS TIPOS DE VILLAS

Debido a las escasas excavaciones realizadas en villas romanas en el Noroeste penin­sular, es aventurado hacer una tipología de las mismas, hasta que no se dispongan de datos más concretos que nos den una capacidad de análisis fiable. Esta precariedad es debida a la falta de excavaciones en área que permitan analizar los detalles constructivos de este tipo de hábitat. A esto hay que añadir la falta de publicaciones de las mismas que dificultan todavía más la labor investigadora.

Existen diferentes criterios para establecer las tipologías de las villas romanas, uno de ellos asume que la villa es un todo, y en base a eso establece modelos dependiendo si es un único edificio el que alberga todas las instalaciones (villa de conjunto reunido), o bien si éstas están conformadas como diversas dependencias (villa de plan diseminado), después se entraría en matices dependiendo de la distribución espacial de los edificios y presencia o no de elementos que acoten el espacio. Según diversos autores las de plan diseminado son típicas de regiones atlánticas, pero esto también depende de la riqueza de cada una.

Concretamente en Galicia predominan las de plan diseminado, con edificios indepen­dientes, muy posiblemente debido a una expansión de las mismas. Claro ejemplo de esto es la villa de Medos - Curras (Tomiño), donde se detectó zona de hipocausto y cercanas al mis­mo una serie de edificaciones secundarias, también podemos citar otras villas que responden a este criterio, como son: Santomé (Ourense), excavada por X. Rodríguez González, consti­tuida por dos edificios de momento independientes, uno residencial y agropecuario organiza­do en torno a un impluvium central, y otro en el cual solamente se pudo identificar una ga­lería longitudinal con pequeñas habitaciones (cubícula) que dan a un corredor con pórtico. La proximidad de ambas construcciones y que se prolonguen podrían invalidar esta hipótesis. Además de la villa de Santomé, podemos citar la ya nombrada de Noville (Mugardos), ya que aunque no detectadas en excavación, si se detectaron por prospecciones geofísicas otros edi­ficios secundarios, pudiendo entonces ser incorporada a esta tipología de villas.

Otro de los criterios empleados para la clasificación, viene dado por la disposición en planta y el modelo constructivo empleado en el edificio principal de la misma. Con estos criterios se observan dos tradiciones constructivas muy marcadas, por un lado el modelo mediterráneo, con planta central organizada en torno a un peristilo, que organiza todo el edifi­cio, y otro denominado nórdico o céltico, con planta rectangular, con corredor en la fachada,

muchas veces con presencia de torres a ambos lados que delimitan patios en los modelos más elaborados.

Ejemplo significativo de este último tipo de villa, lo constituye la villa romana de Noville (Mugardos), la cual sería una villa de patio abierto. Sería una villa a mare constituida por tres naves en forma de U con patio central abierto hacia el mar (posible zona de trabajo), y porticado, las naves laterales son los espacios residenciales y la nave transversal actúa co­mo pasillo comunicador entre ambos lados. También entraría dentro de esta categoría la villa de Agro de Nogueira (Toques). El edificio en conjunto presenta una planta de patio abierto hacia el Sur, delimitado por un corredor en los lados Norte y Oeste que da acceso a las cons­trucciones de este sector y por otra nave alargada en el lado Este; la entrada principal se ubi­ca asimétricamente respecto al patio, entre los dos sectores señalados, a juzgar por los ele­mentos estudiados en esta villa, parece que la planta no fue preconcebida, sino que se fue improvisando dependiendo de las necesidades de cada momento

En cuanto al tipo de villa mediterránea, cerrada sobre sí misma alrededor de un peris­tilo ajardinado interior, carecemos completamente de este tipo en la Gallaecia, esto no significa que no haya influencias de las villas mediterráneas en las construcciones del noroeste peninsular, en este sentido las villas de Adro Vello (O Grove) y Paço Velho da Facha (Ponte de Lima), parecen poseer un patio central en torno al cual se organiza la villa, sin embargo éstos no estarían peristilados. Además del patio central, podemos rastrear la presencia de un atrium o patio cerrado interior con funciones de impluvium y de aireación e iluminación, el cual sería un precedente del peristilo de las villas mediterráneas. Así tenemos el caso de la villa de Santomé (Ourense), cuyo edificio principal se organiza en torno a un pequeño patio.

Analizando otras villas de nuestra región, se observa un claro predominio de las de plano diseminado, sobre todo las basadas en planta rectangular, sobre todo las de corredor y patio abierto.

Entrando ya en el yacimiento que nos ocupa, este presenta una clara planta rectangu­lar que se organiza a partir de un corredor en la fachada norte que funciona como elemento distribuidor del espacio del edificio (diversas estancias en la parte sur abiertas al mismo me­diante puertas; acceso a los espacios residenciales calentados por hipocausto existentes en el sector oeste), sus medidas son de 43 x 14 metros aproximadamente. No obstante es muy po­sible que la planta total de la misma fuera más compleja, ya que frente al corredor hay otra zona de construcción que no está muy clara su relación con el cuerpo principal de la villa.

Nota.- En la imagen, una vista aérea general de la villa romana de Toralla, en la que se aprecia en primer término, los restos constructivos localizados en las campañas de 1992-94 y al fondo, muros pertenecientes a los antiguos trabajos de excavación. Por lo que hemos comentado en este y otros artículos, este asentamiento podría tener varios edificios. Uno sería el principal, para los propietarios y ya excavado en su integridad y otros cercanos al mismo, por el norte ( corresponderian lo muros de las antiguas excavaciones) y sur ( muros desenterrados en la última campaña realizada en este yacimiento antes de su consolidación, musealización y recreación visual de todo el conjunto arquitectónico) en los que vivirían los trabajadores de esta villa rural marítima.

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EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA VILLA ROMANA DE TORALLA. IMÁGENES INÉDITAS COMENTADAS (XIV)

LA DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA

Las villas suelen asentarse casi siempre en llanuras o lugares de suaves pendientes, coincidiendo casi siempre con los límites entre tierras de labradío y monte, facilitando de este modo un mejor control de los espacios cultivables, orientándose principalmente hacia el Sur o hacia el Oeste, motivado esto por la obtención de un mayor número de horas de expo­sición al sol, esto en cuanto al nivel microespacial. A nivel macroespacial, vemos que el ma­yor número de villas se dan en las zonas costeras, sobre todo en las rías, existen muy claros motivos para la elección de la costa como emplazamiento para una villa, por una parte las mayores posibilidades económicas (pesca, salazón, gárum, ...), por otra la ventaja de unas comunicaciones seguras para la época, las comunicaciones marítimas, aspecto éste además que reporta los beneficios de los intercambios comerciales, obteniéndose productos que de otra forma no sería posible acceder a ellos. Por otra parte el comercio marítimo ofrece posi­bilidades a estas villas de que los productos que elaboran tengan salida hacia otras partes del imperio y de un modo más seguro y económico que el viaje por tierra.

En este sentido podemos citar las siguientes villas ubicadas en el noroeste peninsular y que responden a este patrón: Centroña (Pontedeume), Noville (Mugardos), Adro Vello (O Grove), Pipín (Cangas), Toralla (Vigo), Alto de Martím Vaz (Póvoa de Varzim) o Lavra (Matosinhos)

El otro tipo de villa es el dedicado al agro. Éstas se suelen situar en zonas llanas del interior cerca de cursos fluviales, obedeciendo el patrón en estos casos no sólo a la productividad de los campos, sino también y tal como ocurre con las villas costeras, a la presencia de vías de terrestres primarias o secundarias que las comuniquen con centros comerciales im­portantes. Su ubicación con respecto a las vías de comunicación es un poco alejadas de las mismas pero con fáciles accesos a ellas, nunca pegadas a las vías. Este tipo de villas se loca­lizan principalmente en la Terra Cha, valle del Miño, Alta y Baja Limia, tierra de Lemos, valle del Sil, Vega del Támega, alrededores de Braga, Valle del Duero, etc... Como vemos son zonas con tierras de cultivo excelentes.

Nota.- En la fotografía que ilustra este comentario, tenemos una perspectiva aérea de la parte central de la villa de romana, que realizamos al finalizar los trabajos arqueológicos de 1994



EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA VILLA ROMANA DE TORALLA. IMÁGENES INÉDITAS COMENTADAS (XIII)

LA VILLA ROMANA DE TORALLA EN EL CONTEXTO DE GALICIA

Para acercarnos al contexto de la villa romana de Toralla del ámbito del noroeste pe­ninsular, realizaremos una aproximación al tema estudiando tres apartados fundamentales, como son el marco cronológico, la distribución geográfica y la tipología de las villas romanas en nuestra área de estudio, siguiendo el análisis que sobre el particular realizó últimamente F. Pérez (PÉREZ LOSADA, F. :" Arqueoloxía e arte no mundo rural: hábitat e arquitectura das villae galaicorromans", Monografías do Museo Arqueolóxico e Histórico da Coruña, tomo 7, 1995. Pp 165-188)

EL MARCO CRONOLÓGICO

Coincidiendo cronológicamente con la villa romana de Toralla, es decir, a partir de los siglos III - IV después de Jesucristo, se detecta un aumento del número de villas a lo largo de toda la Gallaecia, tanto en el convento Lucense como en el Bracarense.

Ejemplo de lo que acabamos de decir son las siguientes villas, localizadas por toda Galicia y que presentan todas ellas cronologías muy semejantes, iniciando su andadura casi todas ellas a partir del siglo IV después de Jesucristo y siguen construyéndose hasta bien en­trado el siglo VI: Centroña (Pontedeume), Noville (Mugardos), Cirro (Brión), Porta de Arcos (Rodeiro), Doncide (Pol), Pipín (Cangas), Agrade (Chantada), Moraime (Muxía), Agro de Nogueira (Toques), Adro Vello (O Grove), Toralla (Vigo), Panxón (Nigrán), A Cigarrosa (A Rúa), Parada de Outeiro (Vilar de Santos), Sta. Marta (Cualedro), Curras (Tomiño), Santomé (Ourense), Lovelhe (V.N. da Cerveira), Gilhabreu (Vila do Conde), Vila Cova (Barcelos), Martím (Barcelos), Oleiros (Guimaráes), Lavra (Matosinhos), Palmeira (Braga), Granjinha (Chaves), Fonte do Milho (Peso da Régua), e Traehariz (Carrazeda de Ansiês).

Si bien, el inicio de estas villas se puede situar sin ningún género de dudas en torno al siglo IV después de Jesucristo, lo que no se puede establecer tan fácilmente es el declive de las mismas, ya que se entra en un mundo muy confuso, como es el final del imperio romano de occidente, las invasiones germánicas y la alta edad media, todo ello en un intervalo de tiempo que llega hasta comienzos del siglo VIII después de Jesucristo, es decir cuatro siglos de vida para algunas de ellas. Lo que está claro es que no todas duran este período de tiempo, así algunas ya son abandonadas a finales del siglo IV y en otras se detectan utilizaciones continuadas de las mismas que llegan hasta el siglo VIII después de Jesucristo.

Así vemos como el patrón de las villas permanece sin cambios hasta el siglo VII o más, siendo a partir de este siglo cuando decididamente desaparecen, dando paso a otro patrón de asentamiento en el espacio rural como son villas, villares y casales medievales. No siendo el caso de Torralla, se detecta, por lo que al convento Bracarense, se refiere un cierto número de villas de nueva planta a partir del siglo VI, lo que lleva a pensar a algunos autores en una nueva fase de creación de villas, la cual sería bastante más reducida que en la fase precedente, donde se instaura la mayoría de las mismas. Como muestra de las mismas está el yacimiento de Augas Santas (Barcelos) y el de Paco Velho da Facha (Ponte da Lima), ambas en Portugal.

Nota.- Comentario de la imagen: En la fotografía que ilustra esta pequeña reflexión sobre el tema, podemos ver la totalidad de los trabajos arqueológicos realizados en la villa de Toralla hacia 1994. La vista está tomada desde el sur.

domingo, 3 de enero de 2010

EXCAVACIONES ARQUEOLÓGICAS EN LA VILLA ROMANA DE TORALLA. IMÁGENES INÉDITAS COMENTADAS (XII)

ANTECEDENTES Y TRABAJOS ANTIGUOS

Hacia 1906 tenemos constancia de que la finca en cuestión fue objeto de una conce­sión municipal a favor de la familia de D. Tomás Mirambell Mirestany, importante empresa­rio de origen catalán afincado en Vigo y relacionado con negocios marítimos, de un terreno que en la época se denominó Vilamar pero que desde el momento en que dicho personaje construyó en la zona más elevada de la misma su vivienda se conoció como "Finca Mirambell.

Son muy escasos los datos que poseemos sobre los trabajos antiguos que realizó la familia Mirambell en este lugar, pero todos ellos apuntan a que los mismos fueron realizados hacia el primer tercio de este siglo y se concentraron en el área situada más próxima a la de­limitación de la finca hacia el el arroyo "Barxa do Vao". Por las noticias que nos facilitó di­cha familia, sabemos que en estos primeros trabajos participaron personas relacionados con la misma tanto residentes en Vigo, resto de Galicia y Madrid, y que se llevaron a cabo de una forma esporádica (normalmente en época veraniega), pero sin lograr conseguir datos con­cretos sobre los muros que fueron localizados ni cómo se produjeron los hallazgos de los materiales arqueológicos que en la actualidad posee esta familia.

Entre las personas que ayudaron a la realización de dichas tareas, podemos señalar a Martín Echegaray (propietario en aquel entonces de la isla de Toralla), los arquitectos Gómez Román y Antonio Palacios, Martín Barreiro, Manuel Sanjurjo, Salvador Alonso, Braulio Echegaray... Todo ello nos puede hacer suponer que lo que hoy en día posee la familia es parte de lo localizado y otros materiales podrían encontrarse en colecciones privadas de al­gunas de estas personas.

Es interesante señalar que según las referencias antiguas que pudimos recoger, que el lugar que hoy nos ocupa era una enorme duna con diferentes desniveles y que una vez hecha la vivienda en la zona superior que correspondía a una elevación granítica se procedió a alla­nar la zona situada hacia la playa del Vao con trillos tirados por vacas, traídos desde la me­seta para dicha tarea, procediéndose igualmente a la plantación de eucaliptos por toda la su­perficie de la finca. Este dato juzgamos que podría ser interesante a la hora del posible des­cubrimiento de los primeros muros que estarían en un nivel superior y con estas labores pu­dieron quedar a la vista y con ello motivar los futuros trabajos de excavación.

Como resultado de dichas excavaciones llevadas a cabo en el primer tercio del siglo pasado, por los antiguos propietarios de la finca, se dejaron al descubierto restos constructivos y se recogió abundante material arqueológico.

Los muros desenterrados en estas primeras excavaciones nos presentaban una estructura de planta rectangular que media 20,5 x 17,30 metros y se podían observar varias estancias que la dividían de distintas medidas. Por desgracia, las nuevas intervenciones arqueológicas realizadas han podido determinar que si bien algunos de los muros corresponden a una estructura romana antigua, los otros fueron “inventados” por sus primeros descubridores,…

Como mencionamos anteriormente fruto de estos antiguos trabajos re pudieron recoger un interesante muestrario de materiales arqueológicos, tanto de cerámica, como de piedra y metales. En 1982, se realizó y publicó un pequeño trabajo sobre los mismos. Esto materiales que aún en día custodia fielmente la familia Mirambell, no dejan de ser una selección muy buena de todo lo encontrado y dentro de la misma poseemos extraordinarias piezas arqueológicas, como un hermoso capitel de granito de orden corintio, con bellas hojas de acanto; 49 monedas, correspondientes a medianos y pequeños bronces de los silgos III-IV después de Jesucristo; un entalle de azabache (actualmente engarzado en anillo de oro) con posible representación mitológica; vidrios diversos; un pico de hierro de cantero de hierro; cerámica pintada con temas animalísticos y geométricos; diversos fragmentos de cerámica común romana de diferente tipología: jarras de boca trilobulada, cuencos, vasos,…

Nota.- Comentario de las imágenes: Las dos fotografías que ilustran este comentario, nos muestran los muros localizados en las antiguas excavaciones y en el dibujo del medio, podemos ver un ave en movimiento (logotipo utilizado en la actualidad, que identifica a este yacimiento arqueológico), representado en una de los fragmentos de cerámica pintada de las mencionadas campañas arqueológicas.