domingo, 13 de julio de 2008

NOTAS SOBRE LOS CASTROS DE VIGO ( IV )

De los datos ofrecidos hasta ahora se desprenden varias cosas bastante obvias. La primera de ellas es que el valle del Fragoso, es una zona con gran densidad de castros, en total 27, los cuales se reparten por distintas parroquias.

Otra de las cosas que se desprenden, es que la gran mayoría de ellos se asientan en las inmediaciones del valle, en cotas inferiores a los 200 metros sobre el nivel del mar y en zonas con vías de comunicación importantes cerca de ellos.

GENERALIDADES

Según las interpretaciones sobre la economía castreña llevadas a cabo por distintos autores, los datos aportados por los cada vez más abundantes análisis polínicos que se han hecho en distintos castros y las controvertidas fuentes clásicas, la agricultura sería el principal medio de vida durante la época castreña, esta agricultura hay que complementarla con algo de ganadería así como caza, pesca, marisqueo, recolección,... que aportarían una nueva gama de nutrientes a la dieta de los habitantes de los castros. Posiblemente ya en época de mayor contacto con el mundo romano, su dieta se completaría con nuevos productos de importación romanos, originando, el cada vez mayor contacto con éstos, que se de paso a nuevos modos de subsistencia basados en la economía de mercado.

Del resultado de excavaciones y análisis polínicos, se deduce que los productos cultivados principalmente son trigo, centeno, mijo y una serie de leguminosas que complementan a éstos. Hay que señalar que tanto el trigo como el centeno son cereales de invierno y el mijo lo es de verano, por otra parte el mijo necesita de terrenos de fondo de valle, pesados y profundos, frente al trigo y centeno que se pueden cultivar en terrenos menos favorecidos pero también más fáciles de cultivar.

En su estudio sobre el mijo, el profesor Vázquez Varela, señala que éste es un cereal que se desarrolla rápidamente, ya que en dos meses está listo para su recolección, su siembra se hace en verano (julio o agosto) y se recoge a finales del mismo (septiembre ú octubre), dejándose descansar la tierra dos meses y procediendo a la siembra de los cereales de invierno. Otra de las ventajas de este cereal es su gran productividad que iguala e incluso supera a la del trigo y cebada. Por otra parte es un cultivo que no precisa ningún cuidado con lo que es una fuente de alimentación en la cual hay que invertir poco tiempo. También señala su gran adaptabilidad a las rotaciones. Su aprovechamiento es íntegro, se utiliza el grano y la paja, tanto para consumo humano como para el consumo animal. Según informantes actuales, las gallinas alimentadas con grano de mijo, producen más huevos, y las vacas que se alimentan con paja de mijo dan más leche, vemos así una posible vinculación casi mágica de este cereal con el ganado. Por otra parte, este cereal está presente en los yacimientos castreños más antiguos como Penalba, datándose en el siglo VI a.C.

Como es lógico y además lo constatan tanto las fuentes como el registro arqueológico, el complemento a la agricultura, viene dado por la ganadería, en este sentido, ésta estaría constituida por especies como bóvidos, ovicápridos y suidos, sirviendo los primeros como suministradores de leche y fuerza de trabajo y los segundos como fuente de alimentación principalmente. Para completar el cuadro queda por analizar la importancia de otras actividades como caza, pesca recolección, más difíciles de especificar en términos cuantitativos.

DISTRIBUCIÓN EN ALTURAS

A continuación ofrecemos una tabla en la que se pueden ver las alturas de los diferentes castros existentes en el término municipal de Vigo:

Nombre

Parroquia

Altura

Castro de Toralla

Oia

21

As Cruces

Alcabre

23

Castro Castriño

Coia

33

Castro O Redondo

Navia

44

O Castro

Matamá

50

O Sino

Teis

74

Monte de S. Lorenzo

Coruxo

85

O Penedo

Coruxo

92

Outeiro do Castro

Coruxo

100

Monte do Castro

Comesaña

100

O Piricoto

Castrelos

103

Torres de Padín

Teis

109

Castro do Monte da Guía

Teis

122

Monte do Castro

Vigo

147

Castro de Estea

Saians

165

Castro de Beirán

Matamá

200

Plaza dos Mouros

Candeán

215

Castro Castriño

Cabral

219

Castro de Arieiro

Bembrive

235

Monte do Castro

Bembrive

264

Castro de Barrocas

Valladares

277

Os Castros

Valladares

280

O Crasto

Cabral

306

Castro de A Madroa

Candeán

325

Castro de Freiría

Candeán

370

Castro Chouzo

Coruxo

454

Castro del Alba

Valladares

504

Como se puede observar 16 de los 27 castros tienen una altura menor de 200 metros y si ampliamos a 300 metros la cota, el número asciende a 22.

Un hecho significativo es el que se observa claramente (salvo en un caso), en las parroquias con mayor altura, que son las de Valladares, Bembrive, Candeán y Cabral, todas ellas situadas en los montes que funcionan como divisorias entre ayuntamientos, los castros actúan como atalayas, controlando los accesos al valle y las tierras de cultivo existentes en el mismo, quedando desvinculados en este caso del acceso directo al valle del Fragoso, aunque posiblemente practicasen algún otro tipo de cultivo. Caso aparte merece el castro de O Chouzo, en la parroquia de Coruxo, el cual se ubica en una altura de 454 metros, a caballo entre los valles del Fragoso y el Miñor, muy posiblemente dedicado a labores de control y vigilancia.

Como vemos, las alturas de los castros oscilan bastante, van desde los de menos de 100 metros, hasta los que sobrepasan los 500, esto es debido, como es lógico a la altura media de la parroquia donde se ubican, así tenemos que en parroquias ubicadas en el valle, las alturas casi nunca suben de 100 metros, sin embargo en las parroquias del interior suelen sobrepasar los 200 y 300 metros, para ver esto de un modo más expresivo haremos una distribución por intervalos de alturas.

De 0 a 100 metros existen 10 castros

De 100 a 200 metros existen 6 castros

De 200 a 300 metros existen 6 castros

De 300 a 400 metros existen 3 castros

De 400 hasta 600 existen 2 castros

Vemos como los castros que se vinculan directamente con el valle son mayoría, es decir aquellos que van desde los 0 hasta los 200 metros, en total serían 16, más de la mitad de los castros existentes en Vigo, esto es bastante significativo, en cuanto está demostrando una vocación predominantemente agrícola y vinculada al valle, el cual posee tierras de cultivo profundas y pesadas con gran cantidad de nutrientes, pero también difíciles de trabajar, en las cuales se hace necesario el concurso de la ganadería bovina para el cultivo de las mismas, esto se verá reforzado en cuanto procedamos al estudio del suelo que rodea a los diferentes yacimientos, ahí comprobaremos que la mayoría de éstos son zonas extremadamente aptas para labores agropecuarias.

En cuanto a las otras distribuciones en altura, existen varios de los asentamientos que obedecen más a una estrategia de control del territorio que de obtención de recursos, ya que aquí sería muy difícil dado el limitado espacio disponible, por una parte, y por otra el complicado o nulo acceso a zonas de producción agropecuaria. Este sería el caso del Castro del Alba y el del Chouzo, por poner un ejemplo.

Por lo que respecta a los otros castros que superan los 200 metros, su ubicación obedece a un acceso a tierras, no tan productivas como las del valle, pero que sí permiten el cultivo del suficiente número de especies para la subsistencia, así como ya dijimos están el trigo y el centeno que no son demasiado exigentes en cuanto al terreno de cultivo, así como leguminosas y otro tipo de vegetales. De hecho como se puede comprobar, en la parroquia de Candeán, los castros existentes no tienen sus expectativas puestas en la parte baja del valle, sino que lo hacen hacia la cabecera del mismo, donde existen excelentes tierras de cultivo. La altitud y la pendiente son dos poderosos condicionantes de la elección de un emplazamiento castreño y sobre todo la conjunción de ambos, es decir cuanto crecen a la par la altitud y las pendientes los castros dejan de abundar, este dato lo podemos constatar observando el mapa del valle del Fragoso, donde vemos amplias zonas vacías que tienen una gran altitud y una gran pendiente (curvas de nivel muy juntas). Por contra, en las zonas medias y bajas con pendientes suaves y cercanas a los valles, es donde mayor número de asentamientos castreños se pueden recoger. Esto sin duda obedece a factores meramente económicos, vemos que en zonas altas y con pendientes la actividad agropecuaria quedaría tremendamente restringida. Así pues en el caso de aquellos castros situados en tales condiciones, su motivación hay que buscarla en otros aspectos, no sólo económicos sino estratégicos, como pueden ser la vigilancia de las vías de comunicación, que puedan discurrir por el valle o sus inmediaciones.

La estrecha vinculación de los castros con las zonas de elevada potencialidad agrícola es evidente en el valle del Fragoso, vemos cómo la mayoría de los castros existentes en nuestra zona, están situados en las orillas del valle, controlando directamente las tierras de laboreo así como el acceso a las mismas, y careciendo de visibilidad hacia otras zonas, ya que a sus espaldas las alturas no los dejan ver.

Por otra parte podemos observar cómo en el valle del Fragoso, además del condicionante económico de las tierras de labor, es una constante en su economía el mar y sobre todo el comercio a través de esta importante vía de comunicación de personas y materiales.

Según diversos autores, es el espacio de radio de 1 km, el que mejor puede definir el territorio de explotación económica de un castro, es aquí donde se concentran las mejores tierras, donde están las visibilidades desde el asentamiento así como los materiales utilizados en la construcción de los poblados.

Los recursos agropecuarios existentes en 1 km de radio, hay que entenderlos, no solamente como tierras de cultivo, sino también como pastos para el ganado e incluso recursos forestales, que aprovisionarían de madera a los poblados, de ahí que la mayoría de ellos se ubiquen en la zona intermedia entre las tierras de cultivo y el bosque.

De todos modos hay que tener muy presente que no todos los castros fueron construidos coetáneamente, y que lo que para una época pudo suponer un condicionante de primer orden a la hora de elegir un emplazamiento para otras épocas dicho factor podría llegar a ser irrelevante.

Las características del patrón de asentamiento de la mayoría de los castros del valle del Fragoso se pueden resumir en :

Buenas condiciones naturales de defensa

Emplazamiento con posición estratégica privilegiada, la cual domina un amplio territorio circundante, por el cual pasan vías de comunicación.

Tamaño muy grande, en el caso de los castros que perviven durante la romanización.

Nota.- En la fotografía, vista general del castro de Vigo, dominando la ciudad, desde el castro de A Guía (Teis)

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